El motivo de haber hecho pública la encuesta, que sigue siendo anónima, porque nadie dio nombres, y no se detalló lo que reveló cada uno, sino que se habló de la generalidad, no fue tildar de alcohólica a una promoción del colegio, ni ningún otro tipo de carátula porque ese no es el fin.

La finalidad de todo esto, fue instalar el debate. El problema del alcohol existe, no solo en La Dulce. No es un problema exclusivo del pueblo y mucho menos de esta promoción. El alcohol es un problema mundial. Lo lamentable es NO ser la excepción. 

La encuesta refleja lo que los chicos escribieron y los chicos escribieron que los padres saben de estas conductas. Las previas generalmente se realizan en las casas de los chicos. Esto: no es avalar? Cuando se dan los resultados, se habla de lo que se destaca, de lo que marca la estadística y lo que se puede leer de ella. No se da un detalle pormenorizado de cada caso, sino de los mas relevantes o de los que marcan la tendencia y sobre eso se desarrolla el debate o el problema a tratar.

El hecho de haber dicho treinta, no es por poco serio, es por lo que expresé antes. Son generalidades. Estadísticas. La nota no la realicé con las encuestas en la mano, sino hablando de lo que yo leí de esas encuestas. Lo que importa es el resultado de la encuesta. No la cantidad exacta de alumnos de esa promoción o de la siguiente o de la anterior. Y el resultado, a mi entender, es preocupante. Pasa en todos lados? Es verdad. Pero eso a mi no me conforma. Por lo tanto, hago algo. Si lo que hago, no da los resultados esperados, haré otra cosa. Pero no voy a dejar de intentarlo y mucho menos silenciarlo. Porque definitivamente esa no es la solución.

El hecho de haber comentado en la nota lo relacionado con la planta de menta, es porque estos chicos, como también lo digo en ese momento, venían con el guardapolvo en la mano, o sea: Son menores de 15 años. Lo que tiene que preocupar es la edad de estos chicos, no si les vendí la planta de menta, que de más queda aclarar que no lo hice. Pero seguramente, ese trago lo hicieron sin menta. Ojalá lo hubieran hecho de menta pero sin alcohol. Se entiende la diferencia?

El alcohol, no lo digo yo, lo dicen estudios serios hechos por profesionales, genera problemas físicos, mentales, trastornos de personalidad, de aprendizaje, de sociabilidad y la alta posibilidad «estadísticamente hablando» de adquirir una adicción a algún otro tipo de drogas. De  mas está decir que de acuerdo a la cantidad y a la regularidad, será mayor o menor el daño. Pero nadie sale ileso del alcohol. Por lo tanto insisto, no es gracioso lo que está pasando. Pero silenciarlo no es el remedio tampoco.

En la nota no se acusa ni se señala a nadie. Nadie debe sentirse herido ni tocado porque ese no es el fin. El fin, como vengo diciendo desde el principio, es comenzar un debate a problemas más grandes, donde el alcohol es el primer escalón a todo ello. Lógicamente, el hecho de instalar el tema, tampoco iba a ser el remedio al problema. Pero es el comienzo. Es sabido que va a seguir existiendo. No solo en La Dulce, en todos lados. Pero si no lo hablamos, cada día va a ser peor.

Es una pena que se haya malinterpretado. En la nota no se agrede ni se señala. Tampoco se culpa a los padres. Solo se realizan comentarios en base a las respuestas. Solo se trata de buscar un medio para iniciar algo que pueda servir de ayuda. Crear conciencia sobre el peligro y no esconder la basura debajo de la alfombra. Es necesario que como próximos adultos, sean capaces de comprender cuál es el centro del problema y no salir a la defensiva cuando nadie les dio motivos para hacerlo y mucho menos con descalificaciones gratuitas.

Como dije al principio, el fin de hacer pública la nota, fue instalar un debate. Pero lo único que se logró fue cosechar insultos, agravios y descalificaciones hacia mi, hacia el medio y a quien me dio el espacio.

Me quedo con la esperanza de que haya habido gente que la entendió y que esté de acuerdo en que hay que buscar soluciones mediante el diálogo y los buenos modales. Sin agresiones e insultos que no conducen a nada.

Gastón Aragón.