Diario de viajeros, Vero y Nacho: «Primeros pasos en Honduras».
Luego de reponernos de los nervios del avión y de la angustia en Migraciones, charlando con la familia, leyendo los diarios, actualizando cositas del blog, partimos para Comayagua, una ciudad poco agraciada a casi 90 kilómetros de Tegucigalpa. Como decía, Comayagua no deslumbra por su belleza ni mucho menos, pero tiene algunas cosas que la
Luego de reponernos de los nervios del avión y de la angustia en Migraciones, charlando con la familia, leyendo los diarios, actualizando cositas del blog, partimos para Comayagua, una ciudad poco agraciada a casi 90 kilómetros de Tegucigalpa. Como decía, Comayagua no deslumbra por su belleza ni mucho menos, pero tiene algunas cosas que la vuelven interesante. El más rimbombante, y orgullo para sus habitantes, es que aquí se encuentra emplazado el reloj más antiguo del mundo, que aún funciona.
Fue fabricado por los Moros (que dominaban España) en el año 1100, y ahora puede verse en la fachada de la Catedral. Otra de sus atracciones es la Campana, famosa por haber sido utilizada el 28 de septiembre de 1821 por Don Teodoro Boquín y Boquín para anunciarles a los pobladores la llegada de los Pliegos de Independencia que designaba como pueblos libres de España a los países de Centroamérica y México. Por último, todavía se conserva la Capilla de Indios que consiste en una adaptación estratégica que hizo la Iglesia Católica para poder reunir a los indios e inculcarle su religión y cosmovisión. Como la Iglesia tenía como fin último adoctrinar a los indios, y como estos jamás hubiesen entrado a un sitio cerrado a glorificar a un Dios, se creó este espacio de modo de manipular sus intereses. Es una Iglesia en dos versiones: la conocida, en un espacio cerrado; y la otra, en un espacio abierto. Este proceder fue llamado, eufemísticamente, sincretismo. Actualmente diríamos que esto fue una perversa manipulación para engañar espíritus ingenuos.

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